Las falacias de la espiritualidad

Las falacias de la espiritualidad

09/06/2023 4 Por Alias_Sanscrito
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El programa First Dates, que se emite en la cadena de TV Cuatro, en España, y que está presente en muchos países, lleva ya unos años mostrando la evolución personal de los españoles, en un claro intento de manipulación mediante ingeniería social, desde mi punto de vista. Sin embargo, y a pesar de ello, es un documento de referencia imprescindible cuando de lo que se trata es de analizar las tendencias humanas, porque los «tipos extremos» están siendo puestos a prueba por el equipo de psicólogos del programa. Estamos de suerte, la basura se puede reciclar.

Son muchísimos los casos en los que los invitados que acuden a estas citas, quedan en evidencia ante sus propias contradicciones. Y hoy traemos uno de estos para analizarlo, por ser especialmente pertinente debido a las coincidencias con lo tratado en este blog.

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¿Haces algún tipo de yoga? minuto 3:35

Que una persona no vea más allá de las apariencias y, como en este caso, lo único que perciba en su partenaire sea la ausencia de pelo, no deja de ser normal. Pero lo curioso de esta mujer es su declaración, a partir del minuto 3:35, de su afición a la «espiritualidad» y al «yoga», cosa que, quizás, hubiese servido al caballero para aproximar posturas. O para meterle un torpedo por debajo de la linea de flotación.

De buena se ha librado él, si se me permite la opinión, pero observemos cómo la supuesta actividad «espiritual» de Mercedes no le ha servido para discriminar (viveka) que lo que tiene ante sus ojos es algo más que un hombre sin pelo, y por tanto «poco atractivo». Tan sólo una mirada al espejo de su realidad y el uso de una mínima discriminación le hubiera librado de caer en el lodazal en el que se ha metido. 

De esto hemos hablado ya en alguna ocasión en este blog, y quiero insistir otra vez: ¿de qué sirve hacer yoga o meditación si esto se hace con la «tranquilidad» (o autosatisfacción) añadida de unas condiciones físicas o mundanas favorables o que te crees que lo son?… ¿de qué sirve la «espiritualidad» si, llegado el momento, tu ego (es decir, tus deseos, tu personaje, tus pulsiones, como dice Mercedes: «yo quiero conocer a otra persona, si puede ser», minuto 9:10), que no son más que tus necesidades, toma el timón de tu vehículo vital.

Pero, pensemos, ¿qué es la verdadera espiritualidad?… la «verdadera» espiritualidad es saber que tienes un ego que te está manipulando, a través de una mente que te está distrayendo, unas emociones que te «ilusionan» en el peor sentido de la palabra, es trabajar aquellas virtudes que te hacen libre de caer en estas situaciones.

Las virtudes sirven para contrarrestar todo lo que nos hace esclavos de nosotros mismos.

La espiritualidad «auténtica» no es la apariencia (esterilla, manos juntas, futón, varilla de incienso, media luz, ooommm), es una disposición mental que permite que uno sea fuerte ante la embestida de los estímulos sensoriales, las necesidades físicas y las presiones de otros… vamos a ello:

Titikṣā y pratīkāra

El verso 7 del Tatva Bodha describe las seis virtudes:

शमादि षट्क सम्पत्तिः का|

शम दम उपरम तितिक्षा श्रद्धा समाधानं चेति |7|

śamādi ṣaṭka sampattiḥ kā|

śama dama uparama titikṣā śraddhā samādhānaṃ ceti |7|

¿Cuáles son los logros de Sadhana comenzando con Sama?
Ellos son: Shama, Dama, Uparama, Titiksha, Shraddha y Samadhana.

entre ellas está titikṣā, de la que el verso 10 del Tatva Bodha nos dice:

तितिक्षा का | शीतोष्ण सुख़दुखादि सहिष्णुत्वं |10|

titikṣā ka | śītoṣṇa sukhadukhādi sahiṣṇutvaṃ |10|

¿Qué es titikṣā? Es la resistencia al calor y el frío, a la alegría y a la tristeza,
al placer y al dolor.

Titiksha es la paciencia, es la entereza, la fortaleza. Es la capacidad de soportar el dolor y en realidad es la capacidad de mantenerse en equilibrio entre los opuestos dolor-placer. Huir de los opuestos como frío, calor, placer, dolor, etc…

Sri Shankara lo define de la siguiente manera: «Soportar todas las aflicciones sin preocuparse por remediarlas, estando al mismo tiempo libre de ansiedad y sin lamentarse». Es decir, no se trata de zafarse del dolor, sino de soportar con estoicismo el dolor cuando llega y sin quejarse. Y no buscar exclusivamente el placer.

Estamos hablando, por tanto, de fortalecer la tolerancia a las situaciones externas o resistencia a la infelicidad. Resistencia, paciencia, resignación, indulgencia. Permite que uno sea libre de la embestida de los estímulos sensoriales y las presiones de otros a participar en acciones, palabras o pensamientos que uno sabe que van en dirección no-útil. Capacidad de resistir los opuestos: calor-frío, placer-dolor, desprecio-fama, etc…

En resumidas cuentas, es la ausencia de resentimiento por el mal porque tales embites de la vida deben ser recibidos con distanciamiento e incluso con alegría.

Y cuando digo “el mal” me refiero a todo aquello que nos molesta, tanto de forma física como emocional o intelectual. 

La tendencia natural: pratīkāra

   Debemos evitar la tendencia natural (pratīkāra प्रतीकार) que consiste en reaccionar e intentar restituir la realidad a un estado “cómodo” para nosotros. Pratīkāra प्रतीकार significa venganza o represalia, pero también otras cosas como: compensación, reparación, remedio, tratamiento, etc… es decir todo aquello que indica que se manipula lo que sea para transformarlo en otra cosa.  Y esto es lo que hacemos contínuamente en nuestra vida diaria con todo aquello que no nos gusta: intentar reformarlo. Bueno, en la medida de nuestras posibilidades.

Para los que estáis estudiando sánscrito: recordamos que la preposición Pratī se usa para indicar una reacción o un opuesto. En la expresión Pratīkāra प्रतीकार tenemos dos palabras Pratī + kāra प्रती + कार significa “hacer algo que compense o contrarreste”. 

Si somos personas de a pie, es decir personas normales, intentamos reformar lo que está a nuestra altura:

  • la temperatura de la habitación: si hace calor, ponemos frío, si hace frío, ponemos calor.
  • nuestras necesidades fisiológicas: si tenemos hambre, comemos, si tenemos sed, bebemos.
  • a los demás, si no nos gusta cómo son o lo que hacen: criticamos a los que están a nuestro alrededor si hacen cosas que no encajan en nuestra forma de ver la vida…
  • Manipulamos a los otros con comportamientos interesados.
  • Intentamos modificar las cosas que no nos gustan, y estas pueden ir desde el color de una habitación hasta la corrupción de un sistema político. La mayoría se conforma con cambiar unas cortinas, pintar una pared, o reformar una cocina.
  • El consumo desenfrenado está muy relacionado con Pratīkāra प्रतीकार: la moda, Zara, IKEA, todas las marcas que nos venden algo inciden en esa necesidad natural de adecuar nuestro entorno (y el cuerpo) a lo que deseamos ver.
  • etc…

Si somos personas con mucha influencia, dinero o poder:

  • Construiremos un edificio, un estadio de fútbol o unos grandes almacenes para ganar más dinero.
  • Arrasaremos un bosque para construir un campo de golf.
  • Cambiaremos el clima.
  • Manipularemos la política de un país.
  • Crearemos burbujas sectoriales para adueñarnos del agua, de las propiedades, de las empresas de un país.
  • Provocaremos guerras para hundir naciones y especular con ellas.
  • etc…

A poco que sepamos cómo funciona la mente, con sus deseos vanos y sus ilusiones, nos daremos cuenta de que haciendo pratīkāra प्रतीकार tan sólo llevamos la fluctuación mental al entorno. 

El resultado es la fortaleza de ánimo

Trabajar estas virtudes hubiera permitido a nuestra protagonista, Mercedes, mantenerse firme ante esta situación, a todas luces incómoda para ella. No sólo habría respetado a su acompañante, sino que habría conseguido mantener a raya sus impulsos, y en el proceso, se habría fortalecido. Está claro que es una mujer que se deja llevar excesivamente por lo que «le gusta», sin poner límite a ese deseo. Esta forma de estar en el mundo tiene muchos riesgos y es que, si nos habituamos a funcionar así, nos podemos encontrar con mucha incomodidad, porque la vida está continuamente presentando oportunidades en las que no todo está a nuestro gusto: https://youtu.be/BKhtKGQuFEs

El caballero, quien también se ha enfrentado a una situación difícil y estresante, podría haber fortalecido de igual manera el músculo de su tolerancia a la frustración. Ha sido más educado que ella, es decir ha sabido encajar el golpe, pero ha reaccionado abandonando la cita. El último trago amargo por el que ambos han tenido que pasar: la despedida y salida por el pasillo, uno junto al otro, con la amargura en sus corazones.