La envidia, el karma y el bhakti yoga

La envidia, el karma y el bhakti yoga

17/08/2023 2 Por Alias_Sanscrito
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Todos sufrimos la envidia, es uno de los sentimientos más comunes en el ser humano. Se mezcla, de forma sutíl y sinuosa, con la sensación de no ser beneficiado por Dios como pudieramos merecer. Es un sufrimiento cuya raíz está en pensar que los otros están siendo mejor tratados por el destino que yo.

«Dolor por el bien ajeno» es una de sus acepciones.

Es otra de las posiciones mentales cuyo origen está (también) en la ilusión de ser un sujeto. Volvemos a lo mismo de siempre: el Jiva. Y, en la medida en que muchas de las cosas «agradables» de las que se disfruta en la vida, vienen referenciadas al propio Jiva, la envidia parte de echar en falta los atributos del sujeto ficticio, o Jiva: salud, belleza, juventud, alegría… es decir, la envidia tiene su causa en las dinámicas del ego, que en otro momento hemos dicho, están muy relacionadas con la juventud y la vida biológica. 

Volvemos a lo mismo de siempre. No es nada nuevo. 

Es una faceta más de la misma cuestión: somos un sujeto ficticio.

Cuanto más contruyas la ilusión del «sujeto que eres», más sufrirás ese sentimiento y otros.

Y, de nuevo, ¿qué solución tenemos?… porque vivimos rodeados de otras personas, con sus propias experiencias, complejos, traumas… y en los que vamos a encontrar una y otra vez los «disparadores» de estas emociones. 

La solución es no identificarnos con el sujeto «ilusorio» que somos y procurar trascenderlo, dejándonos inundar de la sensación de pertenecer a la red divina, de la cual formamos parte. Ellos y nosotros. Al desaparecer el sujeto ficticio (o Jiva), mitigamos la sensación de dolor. 

Para eso, hay dos maneras: el bhakti yoga y el karma yoga.

 

Bhagavad Gita Cap.12, versos 13 y 14

अद्वेष्टा सर्वभूतानां मैत्र: करुण एव च |
निर्ममो निरहङ्कार: समदु:खसुख: क्षमी ||13||
सन्तुष्ट: सततं योगी यतात्मा दृढनिश्चय: |
मय्यर्पितमनोबुद्धिर्यो मद्भक्त: स मे प्रिय: ||14||

adveṣṭā sarvabhūtānāṃ maitra: karuṇa eva ca |
nirmamo nirahaṅkāra: samadu:khasukha: kṣamī ||13||
santuṣṭa: satataṃ yogī yatātmā dṛḍhaniścaya: |
mayyarpitamanobuddhiryo madbhakta: sa me priya: ||14||

No tiene odio, es amistoso y compasivo con todos los seres.
Está libre de apego y egoísmo, igual en dolor y placer, y perdona 13||
El yogui siempre está satisfecho, autocontrolado y firme en la determinación.
Aquel que Me ha rendido su mente e intelecto y es Mi devoto es querido por Mí. 14||

Es decir, «aquel que es devoto de Dios (bhakti yoga) y fija su atención en Dios (karma yoga), con la determinación de servir a los demás de forma amistosa y compasiva, libre de apego, equilibrado, autocontrolado y firme…» ese, se libera (de los problemas, de las ataduras, del sufrimiento).

Reflexionemos: el bhakti yoga no necesariamente debe funcionar con Dios como objetivo, pues puede ejercerse con los demás, en forma de ayuda desinteresada, los animales, las personas, la naturaleza… El caso es «salirse» del «sujeto» de referencia. Disolverlo, quitarle peso, desubicarlo de la mente, eliminarlo. Y el karma yoga persigue lo mismo, porque las acciones no las referenciamos hacia nosotros, sino hacia Dios. Conseguimos con esto «disolver» el Jiva.

Por tanto, referencia siempre a los demás a Dios, y observarás cómo va desapareciendo el problema.

Empecemos: 

  • Te sientes abandonado por los demás: si meditas en la idea de que todos somos pequeñas partes de Dios, te darás cuenta de que Dios ha querido vivir esta experiencia de soledad a través de ti. Y aún no sabes qué aprendizaje vas a obtener de esa experiencia. Confía en Dios. Bhakti yoga.
  • Sientes que vas envejeciendo y estás cada día más solo: si meditas en la idea de que todos y cada uno de los seres humanos que te rodean se enfrentan a esa sensación, te darás cuenta de que lo tuyo es una mera repetición de algo natural. La cuestión es que, referenciándolo a tu «personaje», es lógico que cobre cuerpo y sientas conmiseración por ti. Pero tú no eres nadie más allá de un sujeto ficticio, puesto que lo único con consciencia es tu Ser (Atman) y da la apariencia de vida al cuerpo-mente. Dios vive esa experiencia a través de ti. Tú no eres nada, no haces nada.
  • Sientes que los demás disfrutan más de la vida: recuerda que «disfrutar de la vida», en la forma que todos entendemos, es el camino opuesto a la consciencia. Son vías diametralmente opuestas. Esa pulsión, porque somos seres biológicos, siempre la tenemos, pero debemos ser conscientes de su función y de sus límites. Si estás leyendo esto es porque ya dejaste atrás ese hito.
  • Sientes que la vida es injusta porque los demás tienen algo de lo que tú careces: pues bien, si recuerdas dos cosas: primero, que el sujeto es ficticio y segundo, que Dios eligió ese «muñeco» como morada temporal para experimentar la vida a través de ti, ¿qué protesta se mantiene?…