El conocimiento del Ser – Atma Bodha (versos 25, 26 y 27)
08/09/2021https://sanskritdocuments.org/doc_z_misc_shankara/aatmabodha.html
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Contents
Verso 25
El aspecto Existencia-Conciencia del Ser,
y la onda de pensamiento del intelecto;
por la mezcla indiscriminada de estos dos,
surge la noción de “yo sé”.
El concepto de «Yo» que tenemos debido a nuestra percepción de nosotros mismos procede de la mezcla o superposición del ātman y del intelecto (buddhi). Tal mezcla funciona con la apariencia de un «Yo» pero es en realidad un «falso Yo» o Ego. Este pseudo-yo se identifica con los pensamientos. El «Yo» tiene realidad absoluta, cosa que le falta al pseudo-yo. Al fusionarse los dos, ātman (आत्मन्) y el intelecto buddhi (बुद्धि); este último comparte y asume las características del primero (Sat y Chit, existencia y consciencia) y termina diciendo «yo soy» y «yo sé». Por extensión lo amplía a todo lo que ve: «yo soy este pensamiento».
Esto se conoce en Vedanta como Anyonya adhyāsa ( anyonya अन्योन्य: mutuo, recíproco y adhyāsa अध्यास: identificación equivocada) , o superposición, que significa que una parte se atribuye propiedades o características de la otra parte, aunque no le correspondan. Eso sucede con los atributos del cuerpo (peso, altura, fuerza) y los de la mente (inteligencia, curiosidad, pensamientos) que se consideran atributos del Ser, cuando no tienen nada que ver entre sí: el Ser es un Sujeto, es el observador, es inmutable y eterno, mientras que el cuerpo y la mente son objetos y como tales son perecederos, transitorios, que vemos debido a Maya. De hecho, la superposición es Avidya (ignorancia o conocimiento erróneo). Al obtener el conocimiento del Sí mismo, se destruye tal ignorancia y por tanto la superposición.
Verso 26
No hay acción para el Sí mismo,
y el intelecto mismo no tiene capacidad para conocer;
Sin embargo, el individuo, al experimentarlos, piensa
“Yo soy el conocedor y el vidente”, y por eso se engaña.
Recordemos que el Ser nunca actúa, sólo «Es» y observa. Es por tanto el único que puede conocer. La mente no tiene capacidad de conocer porque es un objeto, es materia (sutil, pero materia, y la materia no es sensible), un instrumento que usa el Ser en su encarnación. Sin embargo, al funcionar juntos parece que quien conoce es la mente.
El Ser es el que tiene el control, pero la mente cree que es ella quien lo tiene. La mente «refleja» la luz del Ser. Del mismo modo que un espejo refleja la luz que incide sobre él, pero no la genera. Es un instrumento. De igual manera la leña arde pero no es el fuego, el fuego se desarrolla a través de la madera, es otro instrumento.
Verso 27
Como quien considera una cuerda como una serpiente, así también uno
que se considera a sí mismo como un ego, es superado por el miedo;
«No soy el ego, sino el Ser Supremo» –
si se da cuenta de esto, se vuelve intrépido.
En este verso, mediante el símil de la serpiente y la cuerda, el autor nos enseña que, mientras seguimos considerándonos un ego (es decir, mientras nos identificamos con la mente-cuerpo y no con el Ser), cualquier cosa puede desatar en nosotros reacciones como miedo, ira, odio, etc…
Todas esas reacciones se mitigan en la medida que nos desvinculamos de la idea de que somos un ego. Al Ser nada le afecta, porque es inmutable e imperecedero.
Cuando nos damos cuenta de que la serpiente es una cuerda, dejamos de tener miedo.
Cuando nos damos cuenta de que quien nos ataca, nos critica, se burla de nosotros no existe (porque todo consiste en una cadena de ilusiones, con una apariencia muy real, pero ilusiones al fin y al cabo), deja de afectarnos.